Nuestra escuela pertenece a la Asociación Cristiana Ágape, entidad sin fines de lucro, que tiene como objetivo impartir una educación integral a los niños.
Nuestro alumnado de alrededor de 800 alumnos, está distribuido en los tres niveles de educación incorporados a la educación oficial, inicial, primario y secundario. La escuela funciona en Turno mañana y turno tarde siendo la población escolar parte de la comunidad circundante al establecimiento, de familias que realizan un gran esfuerzo para acompañar la educación de sus hijos contando con recursos muy escasos para llevar adelante esta tarea.
El personal docente y no docente asciende aproximadamente a 110 personas.
La escuela se sustenta económicamente con subvención estatal y el aporte de aranceles acordes a nuestro nivel que con mucho esfuerzo son abonados por las familias, muchas de las cuales se encuentran becadas dada la situación en la que se encuentran.
El ingreso económico estatal se destina a cubrir algunos sueldos docentes, por lo tanto la institución debe cubrir, además de una parte importante de los sueldos, todo lo relacionado con el mantenimiento del edificio y necesidades de la escuela en lo relativo a material utilizado para la actividad educativa.
Como institución educativa y cristiana, estamos abocados a acompañar las trayectorias escolares de nuestros alumnos, teniendo en cuenta a la persona como una integralidad. Garantizar que accedan a una educación de calidad que abarque los derechos inalienables incluidos en las leyes de protección integral para niñas, niños y adolescentes.
En todo establecimiento educativo, alumnos, docentes y familias compartimos parte de nuestras vidas, es decir, convivimos. Por eso, debemos tratar de que el tiempo escolar transcurra en un marco de alegría, trabajo y respeto.
Todos gozamos de derechos, pero simultáneamente contraemos obligaciones, cuyo cumplimiento nos permite vivir en armonía con los que nos rodean.
Para la Escuela, el apoyo y la colaboración de las familias desde el hogar, se hacen imprescindibles para lograr el desarrollo armónico de la personalidad de los niños, de acuerdo con pautas de convivencia socialmente aceptadas, que les permitan una futura inserción exitosa en la vida y en las actividades de la comunidad.